Las técnicas de trabajo seguro en alturas, también conocidas como trabajo en cuerda, se originan en las prácticas de alpinismo desarrolladas en Europa y se han adaptado a los entornos urbano e industrial. Estas técnicas permiten realizar labores en lugares de difícil acceso, aumentando significativamente el grado de seguridad y reduciendo el riesgo de accidentes por caídas. Desde mediados del siglo XX, la creciente necesidad de seguridad y efectividad en el ámbito industrial llevó a diversas empresas de Estados Unidos y Europa a implementar estas técnicas alpinas para el mantenimiento y la reparación de estructuras como torres, edificios altos y puentes.

Los trabajos verticales son técnicas que utilizan cuerdas, anclajes y dispositivos de progresión para acceder a objetos naturales, subsuelos y construcciones, entre otros. Estas técnicas son especialmente útiles en situaciones donde el montaje de sistemas tradicionales, como andamios, resulta complicado o presenta un riesgo mayor. Además, dado que muchos de estos trabajos pueden ser prolongados en el tiempo, la utilización de técnicas de trabajo vertical a menudo se considera más rentable a largo plazo, a pesar de que la duración de algunos de ellos puede hacer que su costo inicial no sea óptimo.